Jueves, Abril 25, 2024
Columna de Opinión

Día Internacional de la Mujer

El 8 de marzo es una fecha destacada en múltiples partes del mundo, porque se conmemora el Día Internacional de la Mujer, formalizado por Naciones Unidas en 1975, cuyo principal objetivo fue reconocer a las mujeres como artífice de la historia, homenaje que hunde sus raíces en la lucha de las mujeres por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.

Las relaciones sociales entre hombres y mujeres actualmente están tomando un cambio importante, a raíz de los movimientos feministas que promueven un cambio en las dinámicas de comportamiento de género, se están modificando los conceptos de lo que es femenino y masculino, lo que es ser hombres y mujeres, en cuanto a las expectativas, roles, estereotipos, etc. El partido Demócrata Cristiano, con su mirada social cristiana ha levantado ideas fuerza en materia de equidad de género.

Las mujeres, al tiempo de asumir un rol determinante en el desarrollo de nuestras familias y sociedades, son las que aún acumulan las mayores formas de discriminación. Sabemos que hemos logrado importantes avances a partir de la habilitación del voto femenino en 1949, pero somos conscientes que el desafío todavía es mucho mayor.

En este sentido, las cifras relativas a la Equidad nos demuestran que en materia de participación y representación de las mujeres en el ámbito público como por ejemplo su participación al interior de partidos es baja lo que impacta en las dificultades que tienen las mujeres para organizarse y defender sus derechos sociales. Si bien muchas de ellas conducen o participan de experiencias de generación de empleos e ingresos a través de microempresas. Transitan del asistencialismo al desarrollo de sus capacidades, en especial las mujeres adultas mayores quienes son afectadas por los flagelos de la pobreza y el abandono, sin acceso a un sistema de salud digno para sus necesidades y con un mercado desregulado respecto a precios de medicamentos, es decir la falta de políticas públicas en materia de adultos mayores y en especial de mujeres adulto mayor.

La crisis sanitaria y económica asociada al coronavirus ha impactado el mercado del trabajo con una magnitud muy relevante y ha venido a incrementar las brechas de género en el mercado laboral, más aun que nos encontramos ad portas de un proceso constituyente, cuya principal demanda fue la paridad en la composición del órgano redactor de la nueva Constitución, aprobando el Congreso en marzo pasado una inédita ley que asegura la paridad de género en las candidaturas para la “convención constitucional”, la que estará compuesta por 155 miembros que serán 100% electos por la ciudadanía el próximo 11 de abril de 2021, y esta opción será 100% paritaria, es decir, ningún género podrá tener más de un 50% + 1 de la instancia.

Otro hito en la equidad de género; después de años de discusión se terminó con una antigua normativa que les prohibía a las mujeres, no así a los hombres, volver a casarse hasta 270 días después del divorcio con lo que se buscaba evitar dudas sobre la paternidad de los hijos.

En un país con una baja participación laboral femenina (36%) y representación política (menos del 20% en el actual Congreso), la participación de la mujer en la economía formal ha aumentado de manera continua, pero todavía existen obstáculos que afectan sobre todo a las áreas rurales y a las mujeres indígenas. Asimismo, la discriminación en cuanto al acceso a la educación y a la salud coloca a la mujer en una posición de desventaja a la hora de luchar contra la pobreza y la exclusión social, por lo que las políticas públicas se deben concentrar en reducir las barreras que enfrentan las mujeres, especialmente las pobres, para acceder al mercado laboral y a mayores instancias de participación en la sociedad.

En este sentido, el proceso chileno es inédito en el mundo. Una constitución paritaria no solo reconoce a las mujeres el derecho a participar en igualdad de condiciones, sino también a escribir una nueva Carta Magna con enfoque de género. Una oportunidad de sintonizar con demandas ciudadanas y ser un ejemplo global.

Claudia Salazar Figueroa, Vicepresidenta Comunal del PDC de Viña del Mar.

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