Sábado, Abril 27, 2024
Columna de Opinión

Una década de cambios: el proceso hacia lograr una nueva constitución para Chile

Por Eduardo Reyes, Administrador Público, con estudios de Magíster en Ciencias Políticas y Educación.

Es necesario convertir literalmente a la última década, en el verdadero “hecho político”, el clivaje real que marca la transición hacia una nueva democracia

Es la razón que da épica política al sentido del cambio, porque es la década en que se quebraron los pactos que permitieron dar gobernabilidad al país del 90 hacia acá, quebrando también con ello el sistema político institucional que de ahí surgió, dejando politicamente a la chilenidad sin referentes claros que seguir, quitando esperanzas y poniendo la confianza social en los niveles históricos más bajos que se conozcan

Por tanto, asumir una tesis de mayor anchura histórica se hace necesario, ya no como la certeza de lo que es, a la vieja usanza de las ideología en la “guerra fría”, pero sí como la convicción de una época, para hacer nacer una idea de futuro que sustente la confianza país, para que la paz social sea una realidad necesaria, buscada por todos.

Yo esto lo entiendo así, pues sé que a mí y a otros nos ha dado vuelta la idea, en la necesidad de crear una línea de fuga o de inicio, que permita ver el “big bang” de la estructura socio política chilena del futuro

Hay ventajas de esto y más de una, incluyendo el hecho de construir una visión de país, lo cual es una base firme por sí misma. Pero es que además permita hacer convivir el milagro de supervivencia de la institucionalidad de Pinochet, cosa que no tiene sentido seguir discutiendole, en su “chapa” de inmortal, porque si algo dijo el 62% y dejó bien claro, es que prefiere el empate a una texto mal hecho y que la confianza no está en las instituciones

Esto es algo que no se puede explicar, diciendo que “caímos en una borrachera octubrista”, haciendo una apelación simplista y basica (bien facista y espantosa), pues lonque necesitamos es un marco de análisis dd mayor calado histórico y explicativo. Siguiendo esta línea se permiten hacer eficaces lo llamados políticos, apuntando a los miedos y a la inseguridad que está asociada siempre a los cambios

Es necesario hacer presente el punto histórico del inicio del cambio, como proceso social, con puntos y datos a la vista, sin dañar los eventos de la década, como mera circunstancia desconexa de otros eventos, sino como una comoletitud, que da aviso de que está ocurriendo dentro del presente continuo del andar de la nación, que se reveló iniciáticamente, con toda su magnificiencia y gracia el 2011

Por tanto, los chilenos han dicho claramente el 4 de septiembre:

“la alternativa que me ofreciste fue mala y pa juera no má”,

Pero no dijeron que no quieren cambios, no dijeron que le gusta la “C80”, no dijeron “nos gusta vivir así”, éste es un punto que haybque jacer con denuedo y voluntad, porque es inteligente, le da mérito a la nueva generación, pues se les reconoce haber entendido la necesidad de la mayoría que quiere cambios y que la política de hoy es hacer esos cambios.

Lo que estamos proponiendo entonces, es ampliar la tesis del malestar, como factor político, de una generación, de una década, cuyos avances políticos son evidentes, esa es, creo yo, la tesis que hay que sostener

Es importante y necesario, porque es un punto que lo podemos convertir en hito y como si eso fuera poco, también libera a la generación concertacionista de sentirse maltratados, porque esta tesis prueba que los “pisos” que puso la Concertación fueron buenos y justamente es el éxito de esta generación, lo que lo demuestra.

Para ver la línea histórica que permita hacer la trazabilidad de la demanda social hacia la política, es necesario relevar todos los levantamientos juveniles, incluso los anteriores al 2011, como los del 2001 y 2006, hasta el 2011, puesto que los serios y grandes levantamientos populares del 2019, no son entendibles sin éstas agitaciones anteriores, que nos permiten reconocerlo como partes de un proceso político social y que fueron el final espaldarazo de todos los chilenos a la acción de los estudiantes, primero desde las organizaciones de mujeres hasta llegar a todas las fuerzas sociales orgánicas de la comunidad, que nos pusimos detrás de esta nueva generación de líderes y la llevamos hasta donde están hoy, gobernándonos ni más ni menos, pues como haya sido y es hoy, hay que reconocer que quienes nos gobiernan, tuvieron el talento y la fuerza para ganar la tesis, la calle y los votos

Entonces ¿qué es lo que el 62% signigica? En mi opinión, dice algo que al parecer está en pocos cálculos, esto es la reafirmación y la convicción de los chilenos, en la conciencia social de que posee el poder originario, como que es cada chileno, el legítimo poseedor de la soberanía, de poder darla y de poder quitar la “representación” aunque eso sea quedar en el “status quo” (como ocurrió), lo que demuestra que los chilenos somos más conservadores de lo que verdaderamente estamos dispuestos a confesar

Finalmente, al gobierno le corresponde administrar la política contingente y en esto, me parece que lo que se releva hoy es el Senado (el cual estuvo para desaparecer) como interlocutor válido junto a la Cámara, pues son quienes disponen de la legitimidad en la “C80”, para encauzar la forma que de origen una nueva constitución, surgida del mandato ciudadano original, el cual quedó suspendido en razón del rechazo del 4 de septiembre.

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