Domingo, Abril 28, 2024
Laboral

Eric Campos, secretario general de la CUT: «Lo que hay, hoy en día, es un resurgimiento del movimiento social»

Nuestro medio electrónico asociado En La Fontana conversó con el Secretario General de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Eric Campos, quien se autodefine como sindicalista. De profesión profesor de Historia y posee un Magíster en Comunicación.

Como presidente de la Federación de Sindicatos de Metro (Fesimetrosa), representa a seis sindicatos. Tres de subcontrato y tres de planta, en la estatal que da trabajo a más de 4 mil personas.

En esta entrevista habla sobre su apreciación respecto del rol del Ejecutivo en materia de empleo, mencionando a Ley de 40 horas laborales y el aumento del salario mínimo como logros apreciados de actual administración gubernamental. También se refiere a la reforma previsional, el “pacto fiscal” y apunta al significado que tiene para él la conmemoración del 50 años del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

-¿Cómo evaluaría la gestión del Gobierno en materia laboral?

-La evaluación no es lineal, porque los sistemas vinculados con este tema respecto de la política pública han impactado de manera positiva en la ciudadanía. Me refiero a la Ley de 4o horas laborales y al aumento del salario mínimo que el próximo año llegará a los $500.000. Pero también está el tema de cómo este Gobierno se ha relacionado con el sindicalismo y cómo se relaciona también con los trabajadores del Estado. Entonces, ahí la evaluación empieza a variar.

-¿Ha habido más acercamiento de este Gobierno respecto del anterior?

-Con el Gobierno lo que hay es una relación de colaboración en aquellas políticas públicas que nos permitan avanzar juntos. Es decir, en materia de las 40 horas, nosotros hicimos algunas correcciones a ese proyecto, que no era buen proyecto, en un inicio. Otorgamos titularidad sindical. Y en materia de aumento del salario mínimo, eso es producto de un diálogo y negociación con la CUT. A uno le gustaría siempre que la principal organización sindical del país estuviera mucho más considerada en la elaboración de políticas públicas. Nos gustaría que las demandas de los trabajadores del sector público fueran resueltas. O sea, creo que hay déficits en la forma de cómo el Estado se relaciona con sus trabajadores.

-Siempre se ha dicho que el peor empleador es el Estado, porque tiene a la mayoría de sus trabajadores a honorarios…

-Sí, pero eso lo dicen a quienes no les gusta el Estado. Uno podría decir que el sector privado tampoco es un ejemplo como empleador, no que es el mejor empleador, considerando la gran cantidad de informalidad que hay, considerando las jornadas parciales, las dificultades de algunos empresarios de cumplir con los derechos laborales mínimos. Creo que vivimos en un mercado laboral con baja protección y con alta precariedad.

“Lo que hay, hoy en día, es un resurgimiento del movimiento social. Vemos a los profesores, las parvularias de Integra, los estudiantes, personal de la Junji (…) O sea, yo digo que más que decir que hay más o menos movilizaciones, lo que no hay es que no se han resuelto las demandas del pueblo por las que se movilizó en 2019 que era mejor salud, más seguridad, mejores pensiones, una política de vivienda justa. Hay demandas sociales que si no se satisfacen van a buscar canalizarse en la movilización callejera de manera inorgánica, desconectada, pero que puede constituir un nuevo escenario de movilizaciones”, dice Campos En La Fontana.

-¿Usted considera que se debe establecer un nuevo Código del Trabajo?

-O sea, en un escenario ideal -aunque no hay condiciones para eso- la idea es que se hiciera una discusión mucho más democrática, que la que se hizo en los años 80` sobre el Código del Trabajo. Hay normas que son verdaderamente abusivas con los trabajadores, pero que tienen una lógica que es beneficiar a los que más tienen, en este caso, a los grandes empresarios. De hecho, el artículo N.º 161 que permite el despido por necesidades de la empresa es una herramienta para abaratamiento del costo del empleo, está incluso la indemnización por años de servicio, que está acotada solo a 11 años. Es decir, que en Chile existe un Código del Trabajo desnivelado y asimétrico, y que beneficia en gran medida al gran capital y a los dueños del capital.

-¿Y en materia sindical qué está pendiente?

-Lo que está pendiente es el envío por parte del Gobierno del proyecto de Ley denominado “negociación multinivel”, o en el concepto más clásico “negociación ramal”. Es decir, que los trabajadores de un área de la producción puedan negociar de manera conjunta y que, por tanto, la negociación colectiva no solo esté circunscrita a la empresa, porque ese cambio que hizo José Piñera en el año 1979, que llamó “Plan laboral” o “Plan  sindical”, el cual pretendía de que la fuerza sindical no tuviera tanta influencia. Y está comprobado que cuando el sindicalismo negocia solo a nivel de empresa, no tiene el mismo poder o la misma capacidad negociante, que cuando negocia por un área de la producción o por una rama de la producción.

Reforma previsional

-¿Es optimista con que se saque adelante la reforma previsional, incluyendo la propuesta de la CUT?

-Nosotros le hicimos una propuesta al Gobierno sobre esta materia. Creemos que el 6% debe ir a reparto, y 2% deben ir a resolver el problema de asimetría que hay en materia de jubilación de las mujeres y de las lagunas previsionales , considerando a las personas más jóvenes que les cuesta incorporarse cada vez más al trabajo formal, pero nos parece que si lo que se busca es subir las pensiones, no hay otro camino que llevar este 6% a este pilar de reparto solidario.

-¿Para lograr aquello se tendría que abrochar y aprobar en el Congreso, el llamado “Pacto Fiscal”?

-O sea, este pacto solo busca financiar el costo de la Pensión Garantizada Universal (PGU). Nosotros lo que estamos planteando es que, de aquí a diez años, podremos llevar la cotizaciones de los empleadores a 10 puntos porcentuales, igualarlo al de los trabajadores, y que en la práctica exista un aporte equitativo, tripartito. Por un lado, el Estado colaboraría con la PGU, y los trabajadores y empleadores colaborarían de igual manera a los fondos de pensiones, lo cual es el ideal. Así funcionan los sistemas de seguridad social en el mundo, y lo que hay en Chile es una exageración neoliberal y eso lo podemos corregir. Pero el problema es que en el Congreso no hay mayoría para aprobar algo así. Lo único que espero es que no se nos ponga como jamón del sándwich entre la derecha y el Gobierno en sus negociaciones, y que aquella negociación que resulte viable tenga un impacto positivo y suba, en concreto, las pensiones de los chilenos y chilenas.

Movimiento social

-¿Por qué cree que hoy en día han habido menos manifestaciones que en años anteriores o antes del Estallido Social?

-Lo que hay, hoy en día, es un resurgimiento del movimiento social. Vemos a los profesores, las parvularias de Integra, los estudiantes, personal de la Junji. Hay varias huelgas. Está la Confusam también manifestándose. O sea, yo digo que más que decir que hay más o menos movilizaciones, lo que no hay es que no se han resuelto las demandas del pueblo por las que se movilizó en 2019 que era mejor salud, más seguridad, mejores pensiones, una política de vivienda justa. O sea, hay demandas sociales que si no se satisfacen van a buscar canalizarse en la movilización callejera de manera inorgánica, desconectada, pero que puede constituir un nuevo escenario de movilizaciones. No sé si un nuevo estallido, porque eso nadie lo puede predecir, pero sí de movilizaciones si las demandas no son resueltas.

-¿Votará rechazo en plebiscito de salida de la nueva Constitución que elabora el Consejo Constitucional?

-Nuestra posición de la CUT es esperar que se redacte el texto completo. Uno puede tener opiniones personales respecto de cómo se viene perfilando, pero todavía las negociaciones no se han terminado. Aún no se empieza a votar el grueso de las enmiendas, por lo tanto, yo esperaría eso. La CUT realizará un Congreso para determinar si rechaza, acepta o vota en contra de la nueva Constitución.

-¿Y qué le parece la baja aceptación de la ciudadanía respecto de la política y los políticos?

-Hay una desafección de la ciudadanía con la política, que no es capaz de procesar los problemas que le afectan. La política termina siendo un debate de parlamento, de palacio, pero que está desconectado de los problemas de la sociedad. Eso, por un lado. Lo otro es que esto mismo genera una baja en la percepción de confianza de los políticos a su clase política y a los partidos políticos, con no más de 3% de adhesión, según últimos sondeos de opinión. El sindicalismo tiene un 23%, que para la realidad actual del país no está mal. Lo peligroso es que conforme la gente se desafecta de la democracia, como sistema imperfecto de procesar sus diferencias, ganan terreno los sistemas más dictatoriales. Eso es peligroso. Y aumenta la cabida a quienes proponen medidas falaces y caminos más autoritarios (…) Aquí la derecha está jugando a determinar quién es el Javier Milei chileno o el Nayib Bukele chileno. En eso, está la competencia de la derecha, hoy en día.

-¿No considera un error que la exPresidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, haya sido designada embajadora en Argentina, cuando podría haber ejercido un cargo en el Ministerio del Trabajo?

-No considero que sea un error. Leí un artículo respecto de lo bien que lo hace como embajadora política. Todos los embajadores y embajadoras ejercen un cargo político designado por el Presidente de la República de turno, más allá de que el criterio debiese ser otorgar cupo a un 80% a quienes tienen carrera diplomática y un 20% a los políticos. Ahora bien, todos los indicadores señalan que el trabajo de Bárbara ha sido bueno como embajadora política y, de hecho, ha sido de las pocas que no ha recibido crítica por su desempeño (…) Lo que ha hecho ella es abrir un camino de que, a partir de la experiencia del sindicalismo, dicha arista se puede poner a disposición del servicio público. Los sindicalistas no solo hablamos de trabajo.

50 años del Golpe

-¿Qué tienen contemplado desde la CUT y otros gremios para conmemorar los 50 años del Golpe?

-Somos parte del Comité de Iniciativas para conmemorar los 50 años del Golpe. Se han realizado varias actividades (…) en el Metro, por ejemplo, se va a reponer la historia corporativa del Metro durante la Unidad Popular, que permitió que se construyera la Línea 2, a través de las gestiones que hizo, en aquella ocasión el embajador de Chile en Francia, Pablo Neruda. Por tanto, se están realizando actividades que, sin lugar a dudas, reponen la importancia de la Unidad Popular, y de la relación de la CUT con el Gobierno de Salvador Allende (…)

-¿Cuál sería el mensaje que quisiera resaltar a propósito de los 50 años del Golpe?

-El mensaje es, primero,  que no ha habido un presidente en Chile que defienda con tanto interés como lo hizo Allende a las y los trabajadores. Lo segundo, es que lo que se intentó derrotar con el Golpe Militar fue derrocar a la clase trabajadora, que fue una clase se organizó y adquirió poder desde las primeras huelgas de 1879 hasta 1970, llegando al poder. Y es tanto así, que se declara ilegal a la CUT cuando llegaron los militares y se desarticula

-Por último, ¿Cómo ve el futuro de Chile en los próximos dos o tres años?

-Debiera haber un periodo donde las tasas de interés tiendan a bajar y que el ajuste que se ha hecho de la economía tiende a ceder. Eso, va a permitir tener una mejor perspectiva positiva respecto del futuro económico. Espero que no avancen aquellos que, con ruidos de sirena, buscan es posicionar un discurso de ultraderecha. Esperamos contener ese proceso. Es difícil. Para eso, el Gobierno tiene que impulsar con más fuerza su plan de reforma, incluso su estilo desde el propio Gobierno. No todo pasar por el Congreso. El Ejecutivo puede impulsar políticas públicas que impacten en las personas y esperamos que eso se traduzca en respaldo ciudadano. Ahora, de no ser así, los y las sindicalistas estamos acostumbrados a luchar contra la adversidad. Nos tocará enfrentar al Gobierno que sea, que quiera socavar las reivindicaciones laborales que por años de lucha se han conseguido. //ELF

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