Jueves, Mayo 2, 2024
Columna de Opinión

A 50 años del golpe la política en un mundo paralelo

Por: David Morales Nordetti.

Viendo los distintos programas de televisión y los debates que se están dando a propósito de los 50 años del Golpe Militar, estaba reflexionando y quiero compartirlo para un debate entre nosotros.
Tengo la sensación de que la ciudadanía no está particularmente interesada en esta conmemoración y si damos por cierta esta afirmación quiere decir que la polarización que se comenta en todos los medios y conversaciones es más bien la polarización de las élites, una gran diferencia con septiembre de 1973 en que la polarización era de la sociedad chilena, en que incluso las posiciones encontradas al interior de una misma familia hacía que no se hablaran.
Lo decía el jueves pasado Genaro Arriagada en la presentación de la reedición de su libro “De la vía chilena a la vía insurreccional”: “en septiembre del 73 estábamos polarizados por ideologías enfrentadas, por un lado el socialismo y por otro el no socialismo. Hoy día estamos polarizados y lo peor es que no sabemos por qué”.
El Gobierno tomó una decisión política muy importante que fue transformar la conmemoración de los 50 años del Golpe en el hito político del año y probablemente de todo su periodo de Gobierno, decisión legítima, pero en mi opinión equivocada a la luz de los acontecimientos. Si como Gobierno tomo esa decisión, debo realizar todas las acciones para que ese “hito” me catapulte como una autoridad de Estado y me muestre cómo un liderazgo convocante y de tal magnitud que transforme las críticas de los propios como las de la oposición en críticas mezquinas y que no están a la altura de lo que debe ser un actor político que pretenda ser relevante para el país. Lamentablemente el Presidente Boric ha dejado pasar una gran oportunidad, porque ha estado lejos de hacer todos los esfuerzos necesarios para convocar y liderar ese necesario reencuentro. Por su lado, la derecha chilena (en todas sus vertientes) también ha perdido una oportunidad de liberarse del lastre que significa la dictadura, la violación a los Derechos Humanos y la reinvindicación constante lo que los ha condenado a una inferioridad moral por al menos los últimos 30 años y se muestra en su gran mayoría como la misma fuerza política cavernaria con argumentos aberrantes y provocadores como si estuviéramos en los debates previos al plebiscito del 88. Es decir después de 35 años vuelven al mismo lugar.
Por último, y para los que hemos desarrollado posiciones desde la centro izquierda, estamos en una situación aún más grave, porque después de ser llamados durante muchísimo tiempo a ser grandes articuladores de los acuerdos, hoy estamos sumidos en la más absoluta intrascendencia, lo que ayuda a que falsos debates y falsas polarizaciones se tomen la agenda de la élite, mientras la ciudadanía transita por caminos muy distintos, como si la política viviera en un mundo paralelo y después en cada votación tratamos de buscar explicaciones de porque en esta elección arrasan las posiciones octubristas y en la siguiente las de la ultra derecha, ojalá que en las próximas elecciones seamos capaces de adelantarnos a lo que la ciudadanía está demandándonos y no sigamos buscando explicaciones a lo que ocurrió, porque sino nos habremos transformado en comentaristas de la política y no en sus protagonistas.

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